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sábado, 12 de marzo de 2011

No hagas caso a las margaritas.


Es lo más típico, arrancar una margarita y preguntarle: ¿él me quiere? Entonces, vas arrancando los pétalos uno a uno, nerviosa, con miedo a que el último pétalo te diga que no. A veces, incluso intentas hacer trampas o te las ingenias como puedes para que te salga un sí. Pero...¿puedes fiarte de las margaritas? ¿Acaso ellas saben todos los momentos que habéis vivido juntos? ¿Las palabras que os decís? ¿Las miradas que intercambiáis?



Es posible que muchas veces acierten, pero aun así, creo que se trata del azar. Lo que digan, no tiene nada que ver con lo que de verdad hay entre vosotros, puede que coincida la respuesta. Pero, ¿de verdad que si te sale un no te vas a rendir? Lo mejor a esta pregunta, es responderle con un NO muchísimo más grande que el que te ha salido. Entonces, coges otra margarita y escribes en cada uno de sus pétalos una letra. Una T, una E, una Q, una U, una I, una E, una R y una O. Ahí es cuando te das cuenta que, al haber escrito letra tras letra, has formado la palabra "te quiero"



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