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miércoles, 9 de febrero de 2011

Porque él es mi única obsesión _ arn.


9. Un número, pero no un simple número, representa una letra, tampoco una simple letra, una letra importantísima para mí. Esa letra que representa una inicial que me acompaña en todo momento, la que dibujo al salir de la ducha en una esquina del espejo que ha quedado inhundado por el vaho, junto a otra inicial, la P, ambas rodeadas por un corazón; esa letra que ocupa mi mano; la que es el titulo de la mayoría de mis blogs; la letra que me tatuaría en por todo el cuerpo; la inicial que pertenece a la persona que quiero, pero que se que es imposible. Que si, que nada es imposible, solo improbable, que tengo un 50% de posibilidades, que el no ya lo tengo, que he de intentarlo, pero hay algo que me hace saber que ese 50% en realidad es solo un 1%, el 1% de la esperanza, la fe y a consolación. Pero que ya soy mayorcita y he madurado, y que esas frases y esos dichos tan bonitos no me va a hacer cambiar de opinión, que voy a seguir pensando que es imposible. Tampoco es que haga nada por intentarlo, no, es cierto, no hago nada, ¿que por qué?, por miedo, por miedo a que todo salga mal, por miedo a lo que pueda pensar o decir, por miedo a parecerle una motivada, una flipada o por miedo a que diga: ¿y esta? ¿por qué me habla? Que si, que debemos superar nuestros miedos, sobre todo si evitan que intentemos cumplir nuestros sueños, pero que volvemos a lo de antes, a que esto no me va a hacer cambiar de opinión ni mucho menos. Podría poner algo de mi parte, claro que podría poner algo de mi parte pero...¿para qué? ¿De verdad que hablándole conseguiría algo? Claro que hay algo que puedo conseguir, amistad, pero nada más. De todas formas es algo así como querer y no poder. Me encantaría llevarme bien con él, que fuera mi amigo, que por algo todo se empieza. Luego, con el paso del tiempo esa amistad podría convertirse en algo más, ese algo con lo que sueño, ese algo que yo siento por él y el por mí no, me gustaría que fuese recíproco. Pero entonces, me doy cuenta que me estoy volviendo a alejar de la realidad y que esto es absurdo. No merece la pena hacerse ilusiones de algo que no va a pasar, así que lo mejor es dejarlo todo como estaba. Él mi amor platónico, y yo una chica cualquiera de la que no sabe más que su nombre, ¿qué menos?

 

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