Nunca nadie me dijo que el dolor se sentía como se siente el miedo... La misma tensión en el estómago, el mismo desasosiego, el mismo insomnio... y es que aún no puedo creerlo... La realidad me parece un sueño, los sueños me parecen realidad... y ojalá fuese así...
Sueño que estamos en la playa, como cuando eras más pequeño, y te llevo a comprar un helado, de chocolate, como tanto nos gustaban... Sueño que te cojo en brazos y te acuno hasta que tus preciosos ojos con esas largas pestañas se cerraban, y eras la cosa mas bonita de todo el jodido mundo... Sueño con esas noches en las que me pedías con tantas ganas que te leyera un cuento, yo te decía que solo un capítulo y a dormir que era tarde, y cuando ese capítulo acababa, me decías que siguiera, y yo no podía negarme...
Son tantos momentos pequeño... Que por mucho tiempo que pase, para mí no habrá consuelo, siempre estarás en mí, enseñándome... si, enseñándome, porque el que ya no estés con nosotros me ha enseñado que hay que aprovechar al máximo cada momento de la vida, me ha enseñado a ser más consciente que antes, a diferenciar lo que es importante y lo que es trivial, a tirar pa'lante con lo que sea, y que después de que te hayas ido, he sufrido tanto, que por muchos palos que me de la vida, se que sabré seguir, porque comparado con esto, no será nada.
Se que ahora mismo me estarás viendo desde algún lugar, así que tengo que ser fuerte y seguir por ti, e iré a verte siempre que pueda con las flores más bonitas que encuentre para contarte todas las novedades que me hayan pasado, tal y como te prometí.
Para mi siempre seras el mejor pequeño, y en medio de este atolladero de angustia, eres mi fuerza para luchar y salir adelante.
La muerte se lleva todo lo que no fue, pero yo me quedo con lo que nosotros tuvimos.
Siempre contigo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario